Maritza E. Bartoli D.
Desde que comienzan las negociaciones en la Organización Mundial de Comercio, pasando por los bloques comerciales, por los Tratados de Libre Comercio, Acuerdos complementarios, bilaterales, empieza a movilizarse los escenarios también de la dinámica comercial. En ese fluir del comercio hay diversos elementos que marchan de la mano hacia los objetivos hacia esas grandes perspectivas; uno de ellos el transporte marítimo. Este protagonista que moviliza casi 95% de todas las cargas del mundo, no escapa del monitoreo permanente de sus rutas comerciales, tomando en cuenta los nuevos acuerdos, los mercados emergentes, el desarrollo de nuevos productos , la escalada de consumidores, el desarrollo de puertos y aduanas, en fin, un número de variables que existen en el comercio mundial. Una de ellas, los TLC, los bloques comerciales, o simplemente acuerdos bilaterales en materia específicas, traen también como consecuencia una movilización marítima importante de determinados productos que empiezan a formar parte del tráfico internacional. A la vez no escapa el desarrollo tecnológico hacia la optimización y búsqueda de mejores ganancias, alianzas estratégicas entre navieras, aspectos logísticos, inclusive en períodos no favorables, y es por ello que hasta el rendimiento tiene que dirigirse a mejorar o cambiar si es necesario rutas comerciales o explorar nuevas caminos.
Factores Oceanográficos y Climatológicos
Cuáles son esos nuevos escenarios…?, también surge una inquietante consideración, en la cual el intervenido planeta aquí si es protagonista. Es bien conocido para muchos los cambios climáticos que han ido ocurriendo en el planeta tierra, acompañado de consecuencias en menor o mayor proporción en diversos espacios que lo conforman. Vale destacar un área alrededor del Polo Norte conocida como el Ártico, espacio compartido por varios países tales como Rusia, Estados Unidos, Canadá, Suecia, Noruega, que de alguna u otra manera por diferentes razones en estos últimos tiempos ha sido centro de atención; una razón, su acelerada fase de deshielo. Con un avance de gran magnitud, en tan solo 26 años se ha derretido un promedio de 70 a 75% de su hielo flotante, lo que ha dado como consecuencia, la apertura de un espacio impensable siglos atrás para aquellos barcos de grandes recorridos.
La llamada ruta marítima del norte hoy en día ya no es la intricada zona por las consecuencias de sus avances importantes de deshielo. Desde el 2009 buques de banderas Alemana, Rusa y China han avanzado a través de este lioso espacio sin necesidad de buques rompe hielo, siendo las aguas muchas más navegables y con una reducción muy atractiva de kilómetros hacia diferentes destinos, y más aún cuando llega el verano. Es un contrasentido pero fuera de los beneficios comerciales se encuentran el beneficio de la reducción de los efectos que afectan a la atmosfera, dado a la disminución de los tiempos de trayectos y el menor uso de combustible. Cuando se dice que el comercio mundial es dinámico, lo es tanto, que es capaz hasta de aprovechar el lamentable y rápido desgaste que está sufriendo el apreciado y rico Ártico en nuestro planeta.
Fuente: http://maritzabartoli.wordpress.com/