La Travesía Maldita del Maersk Saltoro y las Cerezas Chilenas

Por Luis Angel Mera

El Inicio de un Viaje Crucial

El 27 de diciembre de 2024, el Maersk Saltoro, un buque portacontenedores de bandera singapurense con capacidad para más de 10.000 TEUs, zarpó del puerto de San Antonio, Chile. A bordo, transportaba 1.353 contenedores refrigerados, cargados con aproximadamente 25.000 toneladas de cerezas chilenas. Su destino: el puerto de Nansha, en China, con llegada programada para el 20 de enero de 2025.

El viaje formaba parte del Cherry Express, un servicio logístico de alta prioridad diseñado para llevar fruta fresca de Chile a China en el menor tiempo posible. Se trataba de una operación meticulosamente planeada, con rutas optimizadas para minimizar cualquier retraso. El éxito de este sistema dependía de la eficiencia en cada eslabón de la cadena de suministro, garantizando que las cerezas llegaran en condiciones óptimas para la temporada más importante del año en China: el Año Nuevo Lunar.

El embarque de esta fruta no era un evento aislado. El 93% de las cerezas exportadas desde Chile tienen como destino el mercado chino, y este cargamento en particular era parte de una operación anual que mueve miles de millones de dólares. Las cerezas chilenas se han convertido en un símbolo de prosperidad en China, y su demanda crece exponencialmente durante las festividades, cuando las familias las compran como un artículo de lujo para celebrar el nuevo ciclo.

La travesía del Maersk Saltoro debía transcurrir sin incidentes. A bordo, los contenedores refrigerados mantenían la fruta a la temperatura ideal, asegurando su frescura para el momento de la entrega. Las proyecciones indicaban que, si todo iba según lo planeado, la carga llegaría en perfectas condiciones y en el momento óptimo del mercado.

Pero a mitad del camino, la ruta programada se trastornó de manera abrupta.

El Coloso Queda a la Deriva

El 13 de enero de 2025, a solo siete días de llegar a destino, el Maersk Saltoro sufrió una falla catastrófica en su motor principal mientras navegaba en aguas de Micronesia, aproximadamente a 1.200 kilómetros al noreste de Nueva Guinea.

La nave, que hasta entonces se desplazaba sin problemas, quedó inmovilizada en medio del Pacífico. El motor principal, el corazón del buque, dejó de funcionar, impidiendo que continuara su trayecto. De inmediato, la tripulación intentó identificar y reparar la avería, pero el daño era significativo.

Las embarcaciones de este tipo tienen sistemas de redundancia, mecanismos alternativos que permiten continuar la navegación en caso de fallas menores. Sin embargo, en este caso, ninguna solución inmediata estaba disponible. La nave quedó a la deriva, completamente detenida en una de las rutas marítimas más transitadas del mundo.

En tierra, la noticia comenzó a circular entre los exportadores chilenos y los operadores logísticos. Se activaron protocolos de contingencia y se evaluaron posibles soluciones. Las opciones eran limitadas: un buque de estas dimensiones no podía ser remolcado sin una operación de asistencia compleja, y la reparación en alta mar podría tomar días o semanas, dependiendo del tipo de avería y la disponibilidad de piezas de repuesto.

El Tiempo Se Agota

El Maersk Saltoro permaneció a la deriva durante 23 días.

Mientras la tripulación intentaba reparar el motor, los exportadores en Chile seguían con creciente preocupación el desarrollo del incidente. La carga permanecía dentro de los contenedores refrigerados, pero el tiempo jugaba en contra.

Cada día que pasaba, la ventana de oportunidad para vender la fruta en el mercado chino se cerraba un poco más. La logística del Cherry Express estaba diseñada para funcionar con tiempos precisos, y un retraso de esta magnitud ponía en riesgo la viabilidad comercial del envío.

Mientras tanto, los importadores chinos también comenzaban a alertar sobre la falta de llegada de la carga. En los mercados mayoristas de frutas de Guangzhou y Shanghái, donde las cerezas chilenas suelen ocupar un lugar privilegiado, los comerciantes empezaron a notar la ausencia del producto.

Las fechas eran críticas. Durante enero, los mercados chinos alcanzan su punto máximo de demanda, pero hacia mediados de febrero, la saturación del mercado y la reducción del consumo tras las festividades comienzan a afectar los precios. La llegada tardía de la fruta podría significar que la mercancía no alcanzara los valores esperados, o que incluso quedara sin vender.

En paralelo, los exportadores chilenos evaluaban posibles reclamaciones de seguro, pero aún no estaba claro si el retraso era un evento con cobertura o si tendrían que absorber las pérdidas por cuenta propia.

El Maersk Saltoro Llega a China

Finalmente, el 17 de febrero de 2025, tras 28 días de retraso, el Maersk Saltoro arribó al puerto de Nansha, China.

Las autoridades aduaneras chinas iniciaron de inmediato la inspección de la carga. A primera vista, los contenedores refrigerados habían mantenido la temperatura estable, pero la fruta en su interior no estaba en condiciones aptas para el consumo humano.

Al abrir los primeros contenedores, los inspectores detectaron altos niveles de descomposición en la fruta. Pérdida de firmeza, partiduras y un deterioro evidente del sabor fueron algunos de los problemas detectados. La cereza chilena, conocida por su apariencia impecable y sabor dulce, no cumplía con los estándares del mercado chino.

La carga fue sometida a controles de calidad más estrictos. La decisión sobre si podría venderse o si debía ser destruida aún estaba en evaluación. Pero lo que ya era evidente para los exportadores es que la fruta no alcanzaría los precios esperados, y que, en el peor de los casos, se enfrentarían a un costo adicional por la eliminación de la carga dañada.

El coste de destrucción de los productos en China es elevado. En casos similares, se ha estimado que el proceso puede alcanzar los US$1.000 por tonelada. Si toda la carga de cerezas debía ser eliminada, los exportadores tendrían que asumir un costo adicional de US$25 millones solo para su destrucción.

A medida que las inspecciones avanzaban, los exportadores en Chile seguían sin respuestas claras sobre quién asumiría las pérdidas.


Las Cuatro Caras de la Tragedia del Maersk Saltoro

La crisis del Maersk Saltoro es un desastre con múltiples niveles de impacto. Cada actor involucrado tiene su propia perspectiva, sus propias pérdidas y, en algunos casos, sus propios incentivos para actuar de determinada manera. Para los exportadores chilenos, esto significó la ruina de una temporada entera. Para los importadores chinos, una carga que llegó tarde, en un mercado ya saturado y con precios desplomados. Para Maersk, un golpe logístico que los pone en el ojo del huracán. Y para las aseguradoras, un reto que pondrá a prueba los límites de las coberturas marítimas y probablemente reconfigurará la manera en que se diseñan estos productos en el futuro.

Cada uno de ellos enfrenta su propia lucha en esta crisis.


1️⃣ La Pesadilla de los Exportadores Chilenos: Un Año de Trabajo en el Limbo

Para los exportadores chilenos, la exportación de cerezas no es solo una operación comercial; es el resultado de un año entero de trabajo, planificación y riesgo financiero. La temporada de cerezas es corta, y las decisiones logísticas deben tomarse con meses de anticipación.

El Maersk Saltoro era una pieza clave en la ejecución de sus contratos. Cada contenedor refrigerado representaba inversiones, créditos bancarios, contratos firmados con importadores chinos y proyecciones de ingresos para todo el año.

Cuando el buque quedó a la deriva el 13 de enero de 2025, todo el plan de exportación colapsó en un instante. El Cherry Express funcionaba con un margen de tiempo muy ajustado porque el pico de demanda en China se concentra en las semanas previas al Año Nuevo Lunar.

El retraso de 28 días significó que, al momento de la llegada de la carga, el mercado ya no estaba dispuesto a pagar precios premium. Las cerezas perdieron su frescura, y muchas fueron rechazadas por los importadores chinos, que ya no tenían incentivos para recibir un producto que probablemente venderían a pérdida.

Pero el golpe más duro no fue solo perder el negocio, sino el riesgo de que los exportadores tuvieran que pagar la destrucción de su propia carga. En China, la eliminación de productos perecederos rechazados puede costar hasta US$1.000 por tonelada, lo que en este caso podría sumar hasta US$25 millones adicionales en pérdidas.

Para los productores y exportadores medianos, esta catástrofe podría significar la quiebra.


2️⃣ La Disyuntiva del Importador Chino: ¿Aceptar la Carga o Rechazarla?

Los importadores chinos, en un inicio, estaban desesperados por la llegada de la fruta. La cereza chilena es un producto de alta demanda durante el Año Nuevo Lunar, y cada importador había apostado por vender grandes volúmenes en el pico de la temporada.

Pero la demora del Maersk Saltoro cambió el panorama radicalmente.

Durante el mes de enero, mientras el buque permanecía a la deriva, el mercado chino se abasteció con cerezas de otros proveedores y con la producción local. Al no llegar la carga chilena a tiempo, los importadores buscaron alternativas y los precios comenzaron a caer.

Cuando finalmente el buque arribó, el precio del mercado había colapsado hasta en un 50%.

En ese momento, los importadores chinos se encontraron en una disyuntiva:

  1. Aceptar la carga y venderla a pérdida.
  2. Rechazar la carga y forzar una disputa comercial con los exportadores chilenos.

Muchos optaron por la segunda opción, forzando a los exportadores chilenos a asumir la carga y buscar una solución con las aseguradoras.


3️⃣ Maersk: Entre la Espada y la Pared

Para Maersk, la crisis del Maersk Saltoro no solo fue un problema operativo, sino que puede llegar a ser un golpe comercial enorme.

El Cherry Express es una ruta crucial para el comercio entre Chile y China, y Maersk ha sido un actor clave en habilitar este puente logístico. La posibilidad de mover grandes volúmenes de cerezas en un solo barco benefició al comercio, pero también concentró el riesgo en un solo punto de falla.

Cuando el motor principal del buque falló, la empresa enfrentó una tormenta de presión desde todos los frentes:

  • Exportadores chilenos exigiendo compensaciones por las pérdidas.
  • Importadores chinos frustrados por la llegada tardía de la carga.
  • Preguntas sobre la responsabilidad de la empresa en la falla del motor.

Pero Maersk también tiene otro problema adicional: su producto ValueProtect.

ValueProtect es un programa de cobertura extendida que ha sido ampliamente adoptado en el mercado chileno. Si muchos exportadores contrataron este servicio, el impacto financiero para Maersk y sus reaseguradores podría ser enorme.

Para el line manager de la línea Cherry Express, este es el peor escenario posible. No se trata solo de un buque con problemas mecánicos. Es un buque con más de 1.300 contenedores refrigerados varado en el Pacífico, afectando el comercio de una industria entera.


4️⃣ Las Aseguradoras: La Hora de la Verdad

Para las aseguradoras involucradas, este caso será un punto de inflexión.

En la industria de seguros en el transporte marítimo, los retrasos generalmente no están cubiertos. Las pólizas de carga suelen excluir pérdidas comerciales derivadas de demoras, salvo que exista una cobertura específica para ello.

Ahora, las aseguradoras deben evaluar los contratos de seguro uno por uno para determinar:

  1. Si el daño a la fruta es un evento cubierto.
  2. Si la demora por falla mecánica es un riesgo asegurado.
  3. Si la naviera tiene responsabilidad en el siniestro.

Dependiendo de cómo se interpreten las pólizas, las aseguradoras podrían enfrentar pagos multimillonarios o rechazar las reclamaciones, dejando a los exportadores en una posición aún más precaria.

El resultado de este caso tiene el potencial de cambiar la manera en que los seguros marítimos cubren cargas perecederas en el futuro.


Un Laberinto de Cláusulas: El Dilema Asegurador del Maersk Saltoro

Las cláusulas de seguro marítimo han sido, desde tiempos inmemoriales, el salvavidas de los comerciantes y transportistas, la última línea de defensa contra las incertidumbres de los océanos. Sin embargo, cuando un evento como el del Maersk Saltoro irrumpe con la fuerza de un tifón, esas cláusulas, escritas en un lenguaje de precisión milimétrica, se convierten en un campo de batalla donde cada palabra es un arma y cada interpretación puede costar millones.

En este laberinto de contratos, tres caminos se cruzan: las cláusulas inglesas, que han regido el comercio marítimo durante siglos; las cláusulas alemanas, con su estructura de cobertura más flexible pero cambiante; y Value Protect, el producto estrella de Maersk, que hoy enfrenta su prueba más dura.

Cada una de estas rutas podría ofrecer una salida… o cerrarse como una trampa legal para los exportadores chilenos.


1️⃣ La Cláusula Inglesa: Entre la Fría Negación del Retraso y la Posible Redención de la Falla Mecánica

Las Institute Cargo Clauses (ICC), desarrolladas en Londres y adoptadas en todo el mundo, son la referencia indiscutida en materia de seguros de carga. Bajo estas cláusulas, los riesgos se dividen en categorías A, B y C, dependiendo del nivel de cobertura que ofrecen.

Sin embargo, hay un detalle que resuena como un martillazo en la mente de los exportadores chilenos:

  • Las cláusulas inglesas, en todas sus variantes, excluyen explícitamente las pérdidas causadas por retraso, incluso si el retraso es consecuencia de un riesgo asegurado.

Esto, en teoría, sería un golpe definitivo para los reclamos de los exportadores. Si el seguro no cubre retrasos, entonces la fruta que llegó tarde, dañada o con pérdida de valor no está protegida.

Pero aquí es donde la historia se complica.

  • En la misma cláusula inglesa se establece que una falla mecánica grave del buque sí es un evento asegurado.

Esto abre una grieta en el muro de negación. ¿Podría argumentarse que el daño a la fruta no fue consecuencia del retraso en sí, sino de la falla catastrófica del motor del Maersk Saltoro?

Aparentemente, no hubo suspensión del fluido eléctrico en los contenedores refrigerados. Es decir, los sistemas de refrigeración siguieron funcionando, manteniendo la temperatura adecuada.

Pero aquí surge la pregunta clave:

  • ¿Cómo se podrá demostrar que la fruta se dañó específicamente por la falla del motor del barco y no simplemente porque llegó demasiado tarde al mercado?

Si los exportadores quieren hacer valer la cobertura, deberán probar que la calidad de la fruta se deterioró por efectos de la avería mecánica y no simplemente por el tiempo transcurrido. Un desafío titánico que podría desencadenar una batalla pericial de dimensiones inéditas.

¿Lograrán los asegurados inclinar la balanza a su favor?


2️⃣ La Cláusula Alemana: ¿Una Esperanza o una Ilusión?

Las pólizas de seguro alemanas, desarrolladas bajo el German Insurance Association (GDV), han sido vistas tradicionalmente como una alternativa más flexible a las cláusulas inglesas para el sector de carga perecedera. A diferencia de estas últimas, algunas pólizas alemanas incluyen coberturas para retrasos, aunque con condiciones específicas y tasas mucho más altas.

Sin embargo, el mundo cambió después del COVID-19, y con él, muchas aseguradoras alemanas ajustaron o limitaron sus coberturas de retraso.

Durante la pandemia, el comercio global se vio sacudido por un colapso logístico sin precedentes:

  • Buques detenidos en puertos congestionados.
  • Contenedores varados en terminales sin poder moverse.
  • Retrasos de semanas y meses en todas las rutas marítimas del planeta.

Las aseguradoras, que se vieron inundadas de reclamos por retrasos, respondieron con una estrategia de defensa para el futuro: ajustaron las pólizas, restringieron coberturas y, en muchos casos, algunas incluso eliminaron indemnizaciones por demoras prolongadas.

Hoy, con las nuevas versiones de las pólizas alemanas, no es seguro que la cobertura por retraso aplique automáticamente.

  • Algunas pólizas aún incluyen protección contra demoras, pero con límites y condiciones muy específicas.
  • Otras han reducido drásticamente esta cobertura.

En el caso del Maersk Saltoro, esto significa que los exportadores no pueden dar por sentado que la cobertura de retraso los protegerá.

  • ¿Estará su póliza entre las que aún mantienen la cobertura de demoras?

La respuesta aún no está escrita, pero lo que es seguro es que las aseguradoras alemanas examinarán cada línea de sus contratos antes de abrir la cartera.


3️⃣ Value Protect de Maersk: La Oportunidad y la Tormenta

Value Protect no es un seguro tradicional. Es una extensión de responsabilidad que Maersk ofrece a sus clientes como una protección adicional contra ciertos riesgos.

Lo que diferencia a Value Protect es que sí incluye cobertura por daños a la carga causados por retrasos, lo que lo convierte en una de las opciones que podría terminar ofreciendo compensación a los exportadores chilenos.

Pero hay un detalle que pocos conocen:

  • Maersk tiene una retención de riesgo de aproximadamente US$10 millones antes de que los reaseguradores entren a absorber el impacto.

Esto significa que, en un evento de esta magnitud, el mercado asgurador y reasegurador también se verá afectado, lo que podría alterar la disponibilidad y condiciones de Value Protect en el futuro.

Si los exportadores chilenos han contratado Value Protect, sus reclamaciones podrían activarse más rápido que en los seguros tradicionales. Sin embargo, el volumen de contenedores afectados es gigantesco, y Maersk y sus reaseguradores enfrentarán una presión sin precedentes.

Esto abre una interrogante inquietante:

  • ¿Afectará este siniestro la sostenibilidad de Value Protect en el futuro?
  • ¿Se encarecerán las tarifas o se modificarán las condiciones para evitar pérdidas masivas en próximos incidentes?

Maersk diseñó este producto como una solución innovadora para mitigar riesgos en el transporte marítimo, pero hoy se enfrenta a su prueba más difícil.


El Horizonte Legal y Asegurador: Un Caso que Redefinirá las Reglas del Juego

El caso del Maersk Saltoro ha desatado un torbellino en la industria aseguradora.

  • La cláusula inglesa rechaza los retrasos, pero la falla mecánica del buque abre una brecha en la negación.
  • Las pólizas alemanas podrían ofrecer cobertura, pero los cambios tras el COVID han restringido estas protecciones.
  • Value Protect podría pagar, pero la magnitud del siniestro impactará el futuro del producto y del mercado reasegurador.

En este momento, nadie tiene respuestas definitivas.

Solo queda una certeza: la batalla por las indemnizaciones apenas comienza, y el desenlace de este caso podría cambiar para siempre la manera en que se aseguran las cargas perecederas en el comercio global.


Conclusiones y Preguntas Sin Respuesta en el Caso del Maersk Saltoro

El Maersk Saltoro se convirtió en un nombre maldito en los registros de la logística mundial. Lo que comenzó como una travesía rutinaria del Cherry Express terminó siendo un caso de estudio sobre los límites del comercio global, la fragilidad de la cadena de suministro y las sombras en las coberturas de seguro marítimo.

Ahora, cuando el polvo comienza a asentarse y los contenedores han sido abiertos, queda una pregunta en el aire: ¿Quién pagará la cuenta de esta tragedia?


📌 Un Caso Que Redefine el Comercio de Perecederos

Las pérdidas son innegables. US$100 a US$150 millones en carga deteriorada, sumado a un posible costo de US$25 millones en destrucción de mercancía. Exportadores chilenos, traders chinos, aseguradoras y la propia Maersk se encuentran ahora en un tablero donde cada movimiento definirá la historia del comercio marítimo de perecederos.

❗ Para los Exportadores Chilenos: La Ruina de una Temporada

  • Perdieron una ventana comercial que no se repetirá hasta el próximo año.
  • Se enfrentan a reclamos de importadores y posibles demandas por incumplimiento de contratos.
  • Aún no saben si podrán recuperar algo a través de sus pólizas de seguro.

❗ Para los Importadores Chinos: Una Oportunidad de Rechazo

  • ¿Cuántos realmente rechazaron la carga por razones de calidad y cuántos lo hicieron porque el precio del mercado colapsó?
  • ¿Aprovecharon la cláusula de calidad para rechazar un producto que ya no podían vender al precio deseado?

❗ Para Maersk: Un Golpe a su Producto Value Protect

  • ¿Podría este incidente cambiar la manera en que se diseñan los servicios de carga refrigerada?
  • ¿Afectará la confianza en el Cherry Express y en Value Protect?
  • ¿Qué impacto tendrá en la capacidad de reasegurar este tipo de riesgos en el futuro?

❗ Para las Aseguradoras: Un Caso de Referencia

  • ¿Se activarán las coberturas de la cláusula inglesa basándose en la falla mecánica?
  • ¿Qué tan restringidas quedaron realmente las pólizas alemanas tras el COVID?
  • ¿Podría esto marcar un cambio en la manera en que se aseguran las cargas perecederas?

🤔 Preguntas Clave que Aún No Tienen Respuesta

💬 ¿Las aseguradoras pagarán por este siniestro o los exportadores asumirán la totalidad de las pérdidas?

💬 ¿Las aseguradoras alemanas realmente ofrecerán cobertura por retraso, o han cerrado esa puerta tras la pandemia?

💬 ¿Value Protect podrá sostener la avalancha de reclamaciones, o este evento cambiará la manera en que opera el producto?

💬 ¿Los exportadores chilenos diversificarán sus mercados, o seguirán apostándolo todo a China?

💬 ¿El Cherry Express sigue siendo viable después de este desastre, o el modelo necesita una reformulación?


📢 Llamado a la Acción: ¿Cómo Debe Responder la Industria?

El caso del Maersk Saltoro no es solo un evento aislado. Es una advertencia.

Las cadenas de suministro de productos perecederos son cada vez más vulnerables a eventos inesperados. Desde pandemias hasta bloqueos logísticos, pasando por fallas mecánicas que nadie vio venir.

👉 Los exportadores necesitan repensar su estrategia de mercado. Apostar todo en un solo destino puede ser una estrategia lucrativa… hasta que deja de serlo.

👉 Los importadores deben replantearse sus contratos. ¿Cómo protegerse de situaciones donde el mercado colapsa y se enfrentan a cargas que ya no pueden vender?

👉 Las aseguradoras deben reconsiderar sus modelos de cobertura. Este caso será un precedente que definirá cómo se asegurará el transporte de perecederos en los próximos años.

👉 Las navieras deben reforzar su infraestructura y sus planes de contingencia. La industria del transporte marítimo no puede permitirse que un incidente mecánico detenga por completo una línea comercial de miles de millones de dólares.


📢 Ahora te pregunto a ti:

📌 ¿Quién crees que debería asumir la mayor responsabilidad en este caso?

📌 ¿Se debería reformar el modelo de seguros marítimos para incluir protecciones contra retrasos en casos de fuerza mayor?

📌 ¿Cómo crees que cambiará el comercio de productos perecederos después de este evento?

💬 Déjame tu opinión en los comentarios. Este caso aún no ha terminado. La historia del Maersk Saltoro sigue escribiéndose.

Deja un comentario