Por: Diógenes Moreno
La otrora Escuela Náutica de Panamá (ENP), durante el tiempo que conservó su liderazgo en materia de educación en el ramo, acorde con las exigencias, preparó a oficiales de marina (ingenieros de máquina y oficiales de cubierta), mantuvo la enseñanza al nivel de la Universidad de Panamá (UP) y de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP). Y, luego de la creación de la Universidad Marítima de Panamá (UMIP) en 2005, aún conservaba ese nivel académico.
Hoy día la preparación de ingenieros náuticos con especialización en maquinaria naval se ha desmejorado al integrar e incluso eliminar materias fundamentales para su educación. La explicación de algunos de los actuales directivos es que los oficiales de marina no necesitan formación como ingenieros, porque para laborar a bordo de un buque solo requieren nivel técnico de oficiales de marina y cumplir con las exigencias mínimas del código de formación, titulación y guardia de la gente de mar (STCW).
Este criterio académico perjudica a los egresados, pues limita el nivel de preparación que se les exige a los ingenieros para ejercer en instalaciones y plantas marítimas en mar y tierra. Los requisitos omitidos se requieren, en cambio, en algunas universidades europeas, en todas las de Estados Unidos, Canadá y Japón, igual que se le exigía en la antigua Escuela Náutica. Otro tanto ocurre con los planes de estudio y capacitación práctica de ingenieros electrotécnicos, cuyas exigencias para servir a bordo de los buques, conforme lo estipulan las enmiendas de 2010 al convenio STCW, entrarán a regir desde 2017.
Los primeros instructores de la ENP tenían alta preparación académica con títulos de doctorado en física, matemáticas superiores, electricidad, electrónica, navegación y otras materias fundamentales. Era tal la calidad de la formación de los oficiales egresados, que la UTP dirigida entonces por Víctor Levi Saso (qepd), reconocía el título de ingeniero náutico con especialidad en máquinas navales, emitido por la ENP, de forma paralela al de los ingenieros mecánicos de la UTP. Ello permitió que esos ingenieros electrotécnicos con un nivel de conocimientos teórico-prácticos similares a los de un ingeniero electromecánico egresado de la UTP, aprovecharan ese abanico de oportunidades existente en las ramas electrónica y eléctrica en instalaciones y equipos de la industria marítima.
Las falencias académicas se inician en el 2010, cuando un rector nombrado de a dedo por la administración Martinelli decidió cambiar el plan de estudios y contratar a un oficial español que fue rechazado por la Universidad de Panamá, por no contar con el nivel académico idóneo para dirigir una maestría. Las materias que, según el pensum general para ingenieros, debía tener dos semestres se redujeron a uno e incluso integró materias que debían impartirse por separado, mientras que otras fueron eliminadas. Tal es el caso del inglés que aparece en el plan de estudios, pero no tiene créditos. La UMIP necesita una reingeniería total, volviendo a rescatar el nivel académico que debe tener un ingeniero de maquinaria naval, comparativo al de un ingeniero mecánico de la UTP.
Exigir que los profesores sean idóneos con maestría o doctorado en su respectiva especialidad académica, con preparación pedagógica para impartir clases teóricas y prácticas a los futuros ingenieros, debe ser el norte que guíe a quienes dirijan a la UMIP. Asimismo, deberá ampliarse la oferta académica que permita a los egresados seguir preparándose, y ofrecerles la oportunidad de enriquecer sus conocimientos en maestrías sobre sus respectivas especialidades, tanto a ingenieros de máquina como a los oficiales de cubierta. Es urgente una mayor capacitación en las ramas técnicas, tanto para marinos como para otras especialidades del conocimiento náutico-marítimo. Se debe prestar mayor atención a la enseñanza para que los profesionales náuticos sean más competitivos en las diferentes ramas de la industria.
El proceso de rescate del nivel académico de los egresados debe comenzar por una revisión de su ley orgánica (No. 81 de 8 de noviembre del 2012) y el estatuto universitario, y adecuar los requisitos de ingreso de profesores e instructores que se incorporen a la planta docente. Además, se debe abrir un concurso para organizar un banco de datos en el que los interesados, según especialidad, preparación, ejecutorias y experiencia profesional, ingresen sus documentos, sean evaluados por personal idóneo y se les contrate para impartir una u otra disciplina. Este mecanismo permitirá superar la anacrónica práctica de contratar a amigos o conocidos del rector o de algún decano para dictar clases en la UMIP, que ha sido la causa del deterioro que inspira mi comentario, con el sano propósito de colocar a la UMIP en el nivel de liderazgo que le corresponde en la formación de los recursos humanos para el sector marítimo y logístico.
See more at: http://ow.ly/IHV6x